martes, 10 de abril de 2018

Trompa de Bonsai


Testamento indiferente de socrates líneas mías
zig zag a que la trompa del elefante fume kamikazes
enseguida de sacrificios por un mañana floreado sempiterno,
corazones tóxicos en la cantinela ardiente,
pico de cuervo sobre el tocadisco y medias lunas,
faltan las palabras...

Llora pájaro rojo al son de la candela
aires de colibríes fénix resucitan de la delta divina,
las sombras mudas acompañan el silencio del zaperoco,
se embriagan con el aroma de mi ano
soy el cuerpo del poema... la poesía.

Las epístolas que arrastran mis pies
están escritas por espíritus de hombres vivos
el sonido de mis pasos en los hilos de la madrugada,
los diablos en las cuerdas del silencio.

Lloverá sobre mi corazón biforme
el sol negro que se oculta en las corazas del crepúsculo
y los veranos que viven en el polvo de la piel
se hallarán en el calor de los abrazos.

Lástima da el signo de la matemática en la ceja.

Se ahoga la mitad de la moraleja en la catarata que descuido la luz.

Suman parcas las almas llenas de soledad.

Musgo sediento de fe en la cantina de los villancicos.

Tesalonicenses de caballos blancos y negros
que estimula el color de la corola sobre las capas heroicas,
rasgos de homus en sus pétalos.

Canticos descompuestos en besos sin alabar.

¡Oh, torrente!




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