sábado, 4 de noviembre de 2017

Recostado en un roble del campo

¿Que paradoja esta apoyando este poema silvestre
que solo me recuerda a una arboleda celulosa
y no a mayólicas de cristal como piensa el poeta galán?


¿Que me esta causando tanta rabia
que babeo sonetos sin medida?


¿Cual es la mística que esconden
los sonidos de los huesos de mi pecho?



El hacha exquisito déjavu para los lápices, pequeños dedos de madera,
los monstruos escriben y oran a su manera y a la nada con justicia
como lloraría yo si no escribo y como lloro por dejar de escribir.



¡Maldita sea mil veces!

¡Mierda, mierda, mierda!
¡Mierda, mierda, mierda!
¡Mierda, mierda, mierda!
¡Mierda, mierda y más mierda!



Quiero saber cuando acaba esta mentada de madre que vive en mi mentón,
hoy no me identificaré con ustedes que se burlaron de mi tratándome bien
solo quiero blasfemar porque es una forma de agradecer a la existencia.


Ya mañana saldrá el sol por el mismo lugar de siempre y la luna buscara
también como siempre un atajo...


Y dime humano


¿Quieres ser sol o luna?



Decide, yo seguiré lustrando la franela pues disfruto haciendo cosas al revés.