martes, 31 de julio de 2018

Mancuerna


Vesícula de toro en platos sonrientes
que albergarán la llanura de la gastritis
significante calor de la rabia comestible,
semen de la nuca de un tobillo adiestrado
donde cabalga el culo de la arena.

El filo del agua que corta las varices
de una tierra seca con sed en la joroba
rasguños en su capa de estómago
que parió un grito que aún
no es nombrado por el silencio.

Sólo se que la tregua está de luto
y de mi muerte poco sé,
sin embargo aclaro el agua bendita
que bendito no aclaro.