martes, 12 de septiembre de 2017

Docíl

Me pierdo en las risas y llantos...

Me caso en el parnaso con mis servilletas...

Conservo el aroma de los recuerdos
y de la melancolía que se ondula en mi alma.

Es cana incandescente
que corte con mis dedos en forma de tijera
cuando saque al danés tuerto de mi ojeada tiranía.

Las alamedas de mis versos quedaron al descubierto
y yo en mi ovalada situación salte como los grandes.

No cabía en dos zapatos.

No memorice mi vértice.

No me halle.

Acudí a las risas y llantos entonces.

El Cuentacuentos

Y sabiendo que ibas a partir
yo no aleje mis pasos hacia el oeste
ni aunque las olas
se lleven tu rostro dibujado.

Me senté y emprendí mi espera larga
sabia que algún día vendrías disfrazada de la vida,
me encontraras ahí
siempre con la careta intimidante
siempre con el cabello espantado
y los labios despellejados por algún temor.

Te veré y diré
que valió la pena
hacer el amor con la pleamar
cuando te esperaba y mis huesos crujientes
se secaban con la lluvia solar
esperando al carroñero del viaje.

Por ti si o si
tengo que velar mi tiempo
al azur acuarela
donde el sol blanco
derrota la sonrisa.

Te esperare porque te amo
y si los siglos me carcomen
en algún momento sabrás
que estuve ahí
porque siempre
hay alguien
que nos ve y cuenta.

Hermafrodita

Quiero hacer lo que nadie nunca hizo con la poesía.

Destrozarlo y sacarlo de su concreto estado rosa.

Porque sé que detrás de ese telón reina la muerte
en un pupitre cual encima de un pentagrama
hecha con la sangre de un cordero.

Porque sé que la poesía ante los ojos del ser mediocre
se muestra apacible, educado o como una mujer bonita,
más vale que no la conozcas
todos tenemos un lado oscuro
y no querrás conocer el lado de esta.

Quiero hacer con la poesía
lo que Dios no hizo con las generaciones,
lo que hice con el cuerpo de mi mujer.

Las hermosas mierdas como este verso.

Quiero defecar mi abstinencia psicológica
mis ganas de romper las reglas
mis eyaculaciones sentimentales
que se puede probar cuando lees un escrito mio.

Quiero hacer con mi poesía
los paisajes legendarios
que solo pueden salir de esta mente
tan abrumada.


¡Porque si la poesía es una petunia, yo la pisare!

¡Porque si la poesía es un libro, yo lo quemare!

Porque si la poesía aun siendo hombre yo la volveré mujer...

Palestra

Mi hoja era una palestra
donde se peleaban a muerte
mis pensamientos
en la metamorfosis
de mi alma
a la
poesía.

MDLXXII

En los tiempos de Francisco Pizarro se dormía la timidez y se despertaba en el pueblo
un porcentaje de rebeldía acompañado por el miedo que sembró la caballería que defendió
hasta su muerte al conquistador español naciendo así el pendejismo peruano.

Cávala

La poesía es el beso que te roba el fantasma
y logra curarte de cualquier mal que nunca tuvo cura,
pero muchas veces puede ser maligna para la persona
que lo confunda con literatura.

La poesía no sé que es
pero es más que todo lo que pueda existir
más que un principio y un fin
más que el infinito y sus coordenadas
por eso a veces puede que llegues
a pensar que es un Dios.

Con la poesía no se juega hijo,
jugando con la luz se termina en la oscuridad
piénsalo dos mil veces antes de bailar la pluma.

No escribas por escribir
nunca se sabe
a quién puedas invocar.