jueves, 10 de mayo de 2018

Crono


La fisonomía universal, la existencia, la luz y el ser
se acopla a un campo abismal más que semántico,
no es tangible oler la misma flor dos veces
la esencia es inalcanzable a la materia,
la primera vez es un sentimiento único
la segunda vez es distinto, muy lejos.

La glándula de la inexistencia lleva el color abstracto
no precisa la cuántica, la suma, la textura, la miel.

Hemos logrado que el cerebro se encoja con el tiempo
amilanando las garras de la sensatez para que no llueva.

¿Se puede vivir del parto nuclear o bíblico?

El néctar de la cronología narra dudosamente
escapando de la colmena científica de burdos fuertes
hechos perplejos de la cuna de las estrellas
las cuales el hombre imanta sobre sus teorías.

Nadie vuela con los ojos cerrados.

Los pastores de la luna conocen bien su ganado.

Nosotros almorzamos el semen.

Almena


Arena seca en cada número, labial de faraones de lodo
que amaestrando serpientes descifran el corintio.

En el hierro como en el fango tronco a tronco
el desierto vestirá la toga grava tronco a tronco.

Los espejos de las sombras del alba
atraídos por las colas de los tornados.

Los buitres adoptan nombres
y la sangre ahora lleva culpa.

En los campos donde gime el maíz
corren los niños dorados.

Desde los montes sabía que algo andaba mal.

El humano nunca va aprender sí la lección es a muerte.