¡Hoy tocaron a la puerta los hipócritas!
¿Pasemos sangre alrededor para evitar su entrada?
-Se pensaba mientras los nudillos hacían música-...
Ayer el deslizamiento de los golpes eran eternos puestos de fruta,
nuestros hermanos y novios comían con el permiso exonerado
las bestias fumaban la pipa del reloj... ¡Ay que inocencia!
debió haber caído la alcancía de la justicia
cuando fieros se lanzaron a la casilla del caballo más dorado
olvidando! olvidando!
quienes secaron la peña de su tristeza!
no recuerdan la caza del camaleón!
Ahora las víboras viven en la barba fecal
se esconden en la felina capa de la madrugada, de costado al tigre.
Les digo, a vosotros que no sois como aquellxs,
no más odio...
algún día en la hojalata del sol, los arrieros resbalaran el cuerno de oro
y en ese momento tus pasos se amarren o no a aquél tramo
debes estirar la vida con la mano como la primera vez,
confiar con la desconfianza,
solo así tu cadáver dará una bonita flor.
-La puerta se abrió-