sábado, 22 de septiembre de 2018

De Meretriz

CUACINTRE

Besar el aro de plata que crece en las ramas de mi pobreza
es mi anhelo... decía la prostituta
que serpientes por flores llegaba.

Tras dotarlo con el codo al perico
pudo darse cuenta de su desfachatez que iluminaba
la redundancia de sus uñas
ondulaciones carroñeras,
muerta en vida.

Pegar un elogio en sus espaldas
era canino
y por otro torpe sindicato era singular la atrapada percepción,
el malecón no cambia de piel si no de clima.

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