martes, 31 de julio de 2018

Mancuerna


Vesícula de toro en platos sonrientes
que albergarán la llanura de la gastritis
significante calor de la rabia comestible,
semen de la nuca de un tobillo adiestrado
donde cabalga el culo de la arena.

El filo del agua que corta las varices
de una tierra seca con sed en la joroba
rasguños en su capa de estómago
que parió un grito que aún
no es nombrado por el silencio.

Sólo se que la tregua está de luto
y de mi muerte poco sé,
sin embargo aclaro el agua bendita
que bendito no aclaro.


sábado, 28 de julio de 2018

Manto de Atlas


El silencio gélido sobre las piernas nobles
acuesta el cuerpo de madera del viento
sangrando por el ojo viudo de oro
que el mar ondulado hirió de celos,
su égida de Urano perdió el hombro,
mas tarde el brillo que lo convirtió en moneda.

Era de plata por un instante paladio.

La espalda que trenzas jadea
tendones de hierro, tentáculo opuesto
soportan el castigo del titán
que rasga la sonrisa al botín
sirviendo las rosas caídas de su boca
la marcha de sus dorados.

Y los pechos... Ay, si mi dios quisiera...

La flor sepultada en la tumba del pezón,
soporta el remolino de las areolas
el sudor, la infusión de los infieles
los pilares del tornillo.

El mundo que sostiene
las mariposas de la monarquía.

viernes, 20 de julio de 2018

Latro


Fui criado con los gallinazos
entre el hambre del asfalto.

En la esquina reconocí
el olfato del acero y la sangre.

Los perros saben de mi,
de mi humor.

La miseria rascaba mis pies
que se tejían con las plantas.

El cuchillo de mi fruta
guardaba en el zapato.

(El mar y la noche,
los amantes.)

Las balas y el fuego
abrazados.

Los anillos que cayeron
aún aman.

La mala hierba que muere
y se lleva flores a su tumba.

martes, 17 de julio de 2018

Petrastón


Mariposa negra.

Las palomas aveces reniegan amarillos de nosotros
y los azules pensares de nuestro declive en los tronos
a su vez nos filósofa el esquizoide catarsis de la liberación.

No quiere seguir escribiendo el juez que otorga el decreto
prefiere reír de las cartas que le hacen llegar los cóndores
es que nadie le ama tanto como él así mismo...

Sus sueños son en la mayoría paisajes del armagedón
las garras del demonio que acariciando su rostro inspira.

Tu no puedes llegar a ser como él en el amanecer.

Pascua


No me lloren
hoy por hoy las lágrimas van al río
las copas negras rompen en delfines,
besen mi mano al retirarse en desfiles
el velorio del prodigio azucena mañana
su aura de alcohol del cajón algodón,
el crepitar de las abuelas que agonizan el llanto
las enamoradas con los corazones en las manos
el burdel de sus cabellos babilonios
los leones que aparecen tras las cortinas,
suponen los ángeles la fiesta del cielo
la misión cumplida de un elegido.

La lluvia lapidaba el cancionero
que alguien olvidó en su tumba.

El hombre volvió a respirar por las plantas.

Abrigo de mariposas y guerreros

Las promesas se hicieron para cumplirlas
observen las mariposas marinas que hoy vuelan
ayer no podían aperturar este privilegio
reposaron sus alas en el grito de la desesperanza
como los ciegos al no ver el sol prometido.

Nunca existió un color antes de un pensamiento,
se ha aprendido en esta corta temporada a reconocer
siendo lo más importante antes de mirar con los dos ojos
muchos miran más allá y no llegan muy lejos.

Las caricias prohibidas del futuro
nos detiene en el panteón de los guerreros
que cayeron por endulzar el destino
con las manos sangrientas.

miércoles, 11 de julio de 2018

La senda de los mendigos


Ahí van... los exiliados del porvenir
las cárceles que esconde el mar
llenan de drama el óleo-itimo.

Ahí van... en la sierra del feudo éxodo
sus males en carnes de mansocratismo
pegadas mieles de galaxia.

Las ideas caen al anochecer
cuando los esclavos sueñan luz
en periodos lucrativos
justos de recompensa.

¡Libertad a la pobreza mental!

La fortuna está en el camino a la sabiduría.

Sus métodos.

Arroyo


Las frentes arrugadas mojan las murallas donde los besos duermen,
el segundo perdido que olvidaron en nuestro afán por despedirse
luego del recuerdo procreado por amapolas enfermizas
vulnerables a la espera paciente de la búsqueda del soñador.

Las sendas de alas caídas y leones muertos, violines tristes
el carajo de los abuelos que no entienden a los sapos.

Diosa mía hemos encriptrado el rehusó de conciencia a la idolatría,
una fe clavada con espinas en el regazo de la dignidad humana.

El pan que escondemos en ollas de barro dejara su aroma en el aire
cuando pongamos por delante al egoísmo crudo sin color en las cuencas
no será tarde evadir el colonizado batallón de las plagas del martirio,
aquéllos que fuman la lengua de la niebla que los acompañan
tendrán un río por cruzar en su amanecer.

El crujir sediento de las bocas disecadas en devoción a los corderos de oro,
no serán capaces de pronunciar con fervor el enamoramiento (ficción de respeto),
las sogas de la alevosía caerán cansadas sobre la tierra ardiente del calor,
donde se cosecha la sonrisa de la estrella más grande que bendice a los indios,
los otros hijos del sol... los desquiciados que saben huir dos veces del peligro.

Los recuerdos y el egoísmo en una sola imagen rozando los labios dalmatas,
la orgia de la falsedad a mediados de la boda de las moscas samaritanas,
suplicar el engaño de otro día hipócrita podría resultar a favor en la monotonía
más no en la vida de dos árboles que viven abrazados y aman a su fauna.

lunes, 9 de julio de 2018

XIV


Bebiendo el vino de los Jesús crucificados de cada religión
llamé a un carpintero a que construya mi propia cruz
porque hace mucho que los clavos están atravesados en mis palmas
y el martillo de acero espera ser empujado por millones de almas,
me uniré a la madera y a la historia en un solo momento.

Solo faltas tú... ¿Deseas acompañarme en ese tributo?

O darme quizá el agua que pertenece a los peces plomos
que escaparon de mis entrañas cuando decidí hablar de profecías
en mis antiguos escritos que hoy sólo son parte de una biblia.

¡Oh que proeza la que se recita hoy! ¡Lastimados!

El reloj de los zapateros que descifran la suela de mis zapatos
controlan el tiempo que me queda en la tierra del egoísmo
aún no se define el contraste de las rosas negras, suspiros de la muerte,
los abrazos en mi nombre llevarán el perfume de mis más honrosas batallas
los pétalos que regara el demonio sobre mi lápida... la muestra de respeto,
la caída de los cuervos despidiendo el siglo amargo, pascuas al nacimiento del príncipe.

Lazo

Vendra el quinto augurio a vendarnos el corazón herido
la espada que desoja la tregua de la malicia
que una primavera cabalgo en los jinetes de la tarde.

La tormenta embriago el cuerpo del viento
que azulado teñia el cielo gris de los poetas
que manoseaban la musa entre sus petalos.

El quejido desamparado de las quimeras
azotando el jardin de las flores marchitas
aguas de paso para palomas quebradas.

El sentido de la desolacion en un beso
que se encontro moribundo a ciegas perlas
tiburon de flor, náutica prenda de sal

Los lazos que arman las moscas
el gemir de los árboles ancianos
el silencio de la mística noche.


domingo, 8 de julio de 2018

Cancionero de dragones


Ayer por la noche mientras se preparaba el color rojo
los números juzgaron al viento que entorpeciendo los cuellos
lloraba este del surrealismo que se pronunciaba en el vals,
la música de fondo que fue interpretada por las ninfas,
los gloriosos besos que se repartían como el como metafórico
fue tanta la sublime estancia de los venerables compositores con sueño
que el paraíso se dio por conocer crudo y sin pirañas en el río.

¡Oh, canción para dragones!

El semen de las abuelas que roncan en sus migrañas
dejan convertida en piedra el entendimiento ajeno de las niñas,
el palacio ingobernable donde el espectro pasea la danza macabra.

No es la risa del demonio que cansa el hombro del escritor añejo
ni la maldición del poeta que lo hace especial en la tierra de vacas ciegas
es tal vez y no muy lejos del triste pensar... la fortuna del artista.

No es el amor de los campesinos cultivar el sudor en los huertos de opio
ni el calor del sol lo que irrita la piel en los veranos de yugos pésames
es tal vez y no muy lejos del triste pensar... el fuego que nos queda.

¡Ay mi hijo dirá el dios sin nombre al que no conocemos por ser un dios!

Tan terrenal en la tierra santa se divierten las ovejas con los lobos
el oro brilla aúnque lo confundan con la falsa moneda
no se puede ocultar el relámpago en un cielo gris
la risa del silencio en un estado de toque puro,
ha de ser jibaro para apuntar con el dedo cortado.

¡Las frutas de la canasta están tristes! ¡Mi yo también!

La gracia que me fue brindada,
el tesoro de los reinos que todo rey desea despilfarrar en su poder,
la abundancia de los deseos y los dones peligrosos al cual a los eligidos se los brindaron
porque nacieron para llevar a cabo el gran labor de la luz y la oscuridad en una ola.

No me oren amistades, ustedes no nacieron para esto
el vórtice oculta huellas de hombres pie grande
y los dedos tapan el sol con un dedo cuando es más largo el trazo.

Salud con todos los presentes que acudieron a la reunión de los muertos,
no hay forma de utilizar la espada cuando la palabra con el sentimiento es más desgarrador.

Ahora, nos bañaremos de sangre cuando se acabe el idilio.








miércoles, 4 de julio de 2018

El Cuerno del Corazón


¿Qué dices que dijiste Rivas?

¿Acaso el nido de tu corazón fue arrancado sin piedad?

No mientas si no quieres... Mienteme sin querer.

¿Quién puede blasfemar que ama si aún no ha hecho el amor consigo mismo?

Si dejo para mañana lo que hoy tropezaba...

Si no le nace aquél sentimiento que todos quisiéramos acariciar...

Hay tan poco para delatar...

Los ojos vuelan de palomas...

Las creencias fijan las mentiras...

¿Cómo podemos disimular el filo del abismo que la garganta nos apunta?

El pecho abierto del buen hombre regala las mariposas cremas de la nobleza.

¿Será necesario probar la sangre del hermano para averiguar quiénes somos?

 
    
                                   ll

El dulce ajetreo de los puercos.

Las cadenas de las puertas del infierno.

El azufre... el perfume odisea.

La voz que cae peinando el cuerno.

Los adornos de los malagradecidos.

Los hijos que no sirvieron al amor.