viernes, 27 de abril de 2018

Lucero


El demonio, la sabiduría.

Arrastras mi cabello de ardan
por las caratulas de amoniaco,
escribes con tu semen en mi labio
que somos una de las tantas razas.

Bendice a mis enemigos,
los amo y ellos a mí,
estoy tan contento
que la risa es un canto
de tu herencia la rebeldía.

Dime porque me elegiste a mi
entre todos los hombres,
vomitaste el don
sobre mi alma desnuda,
carne virgen del pecado
en entonces, mucho antes.

Lucifer,
pensé venderte mi alma
pero iría en contra de mis principios.

Tengo que morir... 
tengo que morir por ti o por el dios,
por la poesía que me entregas
como me entregas tu cuerpo
en femme y con el pene erecto
que debo masturbar con mis labios.

Lucifer,
debo parecerme a ti.

El más hermoso de los ángeles.