miércoles, 23 de mayo de 2018

En la caída de una paloma blanca se oyó el gemido de la paz


Fue en otoño entonces cuando mis fuerzas retomaron confianza.

Mí alias, aferrado a mi nombre, decidio ser la sombra de mi sombra.

Ese día las lunas se aparearon y el sello del cielo jugo su papel mas importante,
los hijos escaparon de los nidos de las madres y como si fuera poco, yo también.

El eco de una cicatriz en los aires,
la desesperación de los apasionados que mueren por la vida,
el amor mostraba su primer flujo pero nadie sabía como reaccionar...
mientras que se despedía al siglo
en la caída de una paloma blanca se oyó el gemido de la paz.