martes, 17 de abril de 2018

Péndulo de Newton


La eficiencia de mis antepasados enjuicio pensamientos alpha,
durante mucho tiempo la levitación del hombre era estable,
la falsedad de la hormona de la física fue el vidrio visible
en vista del apareamiento del proton y el neutron.

Observa el mar, el ruido de su vórtice, la radio de su semblante
que más da las explicaciones a una flor de litio
y las leyes que transforman su esencia a través del álcali,
la voluntad de la inteligencia poscientifica que germina d.C.

La espuela beta de la energía excita el tormento solar
y los polos opuestos ciegos a su infinitud requieren ayuda,
¿Que es el poder que se respira en el monte imperium?
el anillo magneto que se sembró en el nido de pájaros de alas bionicas
la gravedad del imán que acompañan los rayos viudos.

Parece la intimidad de suburbios ajenos a la crónica metálica,
los celos de la gravedad hallan el Qì en la transparencia
melodía cuántica de la naturaleza en escalas espaciales
el mecanismo del átomo desprende partículas que hierve la química
mutando fórmulas ultravioletas de cuerpos negros que aspiran ser blancos
con ello la síntesis granular emite la radiación del sonido
que se teje en el omóplato de la célula del tiempo continuo.

Se tergiversa la idea hambrienta de la nomenclatura como omega
las reglas desafiantes que nadan en el océano de neón
sobre el núcleo y bajo la cúspide de la filosofía
presionan el infinito con sus párpados en sus límites cuadrados,
el cuadrúpedo solo agenda las sojeras de su paternidad a presión del devenir.

¡Oh la metafísica! ¡La incorruptible! el conocimiento a priori de la existencia
en un antes y después, en su eterno apogeo, en sus casualidades.

A causa de la debil mente se cruzan teoremas de psiquis,
el poder sin la evolución exacta no puede ser precisa,
el agua desvanecerá de las manos de carne que juran ser hierro
la resonancia de los ecos hablaran de truenos recíprocos
fieles a su levadura saliente que los alinea como el resto.