domingo, 17 de septiembre de 2017

Música de flauta

Cordero de la noche purulenta
¿leíste el pacto que firmaste con el lobo
o limpiaste tu hocico con aquello?

Las gárgaras del arlequín
son gracia del ingenio del bufon
que canta desde el calabozo.

Cordero dime si puedes traicionar
apuntando con el arco y la flecha
sobre el corazón de un templario.

Hay mosqueteros que te asechan,
es la hora de teñir el folclore
y liberar a los villanos y esclavos,
voltear las cartas y desojar el trébol,
arrebatar las espadas a los reyes.

Cordero a mi
que me prohibieron el festín
jamas te negaría el pan.

El pecado se limpia con mas pecado.

El paso al Eros es por el Tánato.

El paso al Tánato es por el Eros.

Y mis pasos cordero son los tuyos
y los de un lobo con el que pactaste.


Eclesiastés

Es tiempo de pisar fuerte la tabla
aún así el barco se este incendiando
y el mar sea de fuego,
aún así llueva granizo
y la ciudad sea de papel
porque en el laberinto
nos encontramos
con puertas con mas puertas
con piedras vestidas de perlas
con camisas sin botones
pero de eso se trata...


Díganme y con la voz en alto
si no sería sencillo un destino
con camino perfecto
sin atajos y sin caimanes,
eso solo existirá en nuestras mentes
como la idea que quiso nacer en realidad
pero solo gateo en un rincón del cráneo.


Andemos recto sin curvas de remolino,
sabemos bien que al final hay una catarata.


¡Que los peces vean nuestro andar!


¡Que los leones rugan nuestro Eclesiastés!


¡Que el prójimo sienta que la vida es esto y no lo que el piensa!



Cien años

Yo todo lo observo desde el campo...


Las urracas me llaman y yo tras ellas
y detrás de mi el pasado también llamándome
pero yo no corro de espaldas
aprendí a no voltear jamás
así reviva la margarita que sembré.

Tengo al otro lado a alguien esperándome y ese soy yo.

¿Acaso estoy dándole vuelta a la vida y no respeto a la muerte?

Déjame vivir dos veces por que cien años no basta
para saltar sobre los sentimientos hechos cadáveres,
sobre los corazones rotos y las puertas abiertas.

Tengo los candados en mi bolsillo que recogí más tarde.

No pido vida eterna porque vivir no tendría sentido
y el morir es un propósito y el único sentido de vivir.

Déjame vivir dos veces por que cien años no basta
para una calurosa despedida,
porque aún no he hecho nada y ya estoy cansado
porque aún no es tarde para fortalecerme
para convertir mi rostro en un desierto.


La Oruga azul

La oruga azul de la sabiduría me ha revelado el futuro,
ha conquistado mis oídos con sus versos proféticos,
me ha dicho que la magia viene de mis antepasados
que las guerras son parte del dogma político y religioso
de nuestra raza.


Ha derramado secretos que solo yo puedo beber.


Ha encontrado en mí la confianza que no encontró en un capullo.


Ahora le queda poco tiempo a este viejo que nacerá nuevamente,
auroras, nenúfares y lirios, ansiosas esperan su venir.


Los relatos de este ser
han sido jugo
para las picaflores de mi mente.


Benévolos desean la pata del conejo
para las supersticiones.


¿Para que tomar eso yo si sé que las cosas suceden por algo?


Los días darán color al ciego... lo dijo un viejo sabio que se convirtió en mariposa.

El violín

He oído a las maderas hablar de un hombre
que se convirtió en árbol mientras dormía
en la madriguera de natura después de un trifulca.


El corazón que bombea odio es fulminado
por la vida misma que te devuelve
lo que dejaste palpitando
en el sendero.


Me dije al espejo
que el primero
que me traicione
beberá de su propia sangre,
porque no quiero matarlo yo,
no quiero ser árbol
ni madera de un violín.

Seraphin

Bajo mi piel modela el reptil de lengua sintética,
fuma las clavículas del rey Salomón,
sus ojos son desiertos tetraedros
que aspiran la lava del ábaco.


Se pulveriza el galón egipcio
de sus hombros mellizos.


Su cola es una silueta diestra
que empaña la mayólica
con su delgada sombra de mostaza.


El anillo de Saturno duerme en su índice
y escribe a solas cuando los horus
mantienen las orejas firme al África.


Cuando las pirámides descansan el sueño Nilo.


Escribe breve...
como los años en una persona.


Escribe en la colina del vértigo.


Escribe sin moderación en carta de mango,
en un idioma que no debe ser explicado.


Escribe en el bostezo del menguante.


Es el galimatías, la orgía de las palabras feas
que bajo el antifaz alumbran como unas santas.


Bajo mi piel modela el reptil...


El secreto escapo de él,
cansado de peinar la raíz artificial
de cuero falso sustentado a un disfraz
de carne caucásica que se pudre
por que es cascara del fruto mordido
por el sueño que todos llamamos vida.