domingo, 17 de septiembre de 2017

Cien años

Yo todo lo observo desde el campo...


Las urracas me llaman y yo tras ellas
y detrás de mi el pasado también llamándome
pero yo no corro de espaldas
aprendí a no voltear jamás
así reviva la margarita que sembré.

Tengo al otro lado a alguien esperándome y ese soy yo.

¿Acaso estoy dándole vuelta a la vida y no respeto a la muerte?

Déjame vivir dos veces por que cien años no basta
para saltar sobre los sentimientos hechos cadáveres,
sobre los corazones rotos y las puertas abiertas.

Tengo los candados en mi bolsillo que recogí más tarde.

No pido vida eterna porque vivir no tendría sentido
y el morir es un propósito y el único sentido de vivir.

Déjame vivir dos veces por que cien años no basta
para una calurosa despedida,
porque aún no he hecho nada y ya estoy cansado
porque aún no es tarde para fortalecerme
para convertir mi rostro en un desierto.


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