domingo, 10 de septiembre de 2017

x


Con el pecho en punta de triángulo
evadiendo geometrías que buscan la multiplicación de sus partes.


Yo no buscaba eso.


A mí me andaba buscando la matemática
como una equis perdida
en las circunferencias de mis reglas,
en las simplificaciones emocionales
que resuelvo en la vida,
en la aritmética que plantea
el razonamiento a mis paralelas.


No me pudieron hallar.


No me podrán hallar.


Y si lo hicieran
tendrían que sumar minutos al reloj
porque restar mis pasos
es una operación difícil
y más aún si no han visto
el fruto de mi raíz cuadrada.

Barbara

"Querido lector, te ruego de mis entrañas que sepas catalogar, apreciar
   este escrito por que es acá donde hablare del amor de mi vida... mi madre".


Bendita seas madre y con la pluma en el pecho
te rezare como el chillido de una mandrágora
muriéndose entre las páginas de este bestiario
y tú me oyeras como cual diosa.

A ti me encomiendo mil veces
no a ese Dios y tu majestad
te elegiría a ti mil veces.

Porque tú me enseñaste a amar
porque tú me enseñaste que una vida
sin problemas no es vida.

Porque tú no pides nada a cambio...

Porque tú secaste mis lágrimas
con esa mano barbara
antes del viento divino
de ese Dios.

Porque tú supiste como enamorarme
antes que cualquier otra mujer.

Porque solo tu eres mi amante
sin tener que ocultarlo.

Y te digo algo madre
te besaría apasionadamente
porque eres el amor de mi vida.

Y te digo algo mas madre...

Soltando la pluma de mi pecho...

Ya eres eterna.

Azafrán


A la par como cangrejos
flores estate quietas
bolsas de paisajes,
de la tierra épica
tome el abecedario,
le obsequie un ojo
al cíclope.


Alcatraz del horizonte
que limo con mi pie
de Anubis
y el coraje
en el diamante
de mi diente
de Azafrán.

Nombre de lana

Ser una oveja
para correr con los alemanes
y no ser cebada del sol
ni paja de holandesa.

Remolinos me saludaran
por los que no lo hicieron
y ahí estaré naciendo
nuevamente en la importancia.

Todos nacemos dos veces
sin querer.

Morimos una vez
sin querer...
o como yo
queriendo...


Estamos evolucionando.


¿A dónde llegaremos?

¿Cuál es el fin de todo?

¿Cuál es la respuesta?


Nadie lo sabe o eso no se pregunta.


En estos siglos
no es importante saber todo
si sabes cómo te apellidas.

Voy a correr entre los senos
de los montes.

Veré si puedo tejer de mi lana un nombre.

Pureza


Las dos gotas
cortan el silencio.

Ni un niño ah muerto por acá.

¿Quién será el primero?

Apuesto a que él bebé prodigio
con pañales de pléyade
o el pequeño cordero
que abriga en sus brazos
la vieja Europa.

Busquemos uno
para la cena
de esta noche.

Para ofrendar al señor fuego
que en la ronda nos mirara
con el naranja reventado
en los fósiles de sus iris.

La mariposa se escapó
y la curiosidad por aplastar
el cartílago bajo ese
abanico artificial es una daga.

Oh, daga que pasa
sobre la boca llena
de un niño
que provoca borrarle
esa sonrisa
esa partidura
de sus vocales.

Cuando solo logra empujarme
una lagrima en diamante
sobre su rostro.

Y muere incrustado
el pobre niño...


Tartufo


El rey Tartufo era el dueño de los sueños
era el pintor de las mentes y sus paisajes
siendo el causante de esos pequeños
cuentos que nos deletrean mensajes.

En su locura no podía dormir
observaba de su ventana a la humanidad
buscando el sueño de alguien para conseguir
roncar y liberarse de esa oscura ansiedad.

Era un escritor del más allá
reinaba en su castillo blanco y morado
en una estrella amarilla celestial
de tierra rosada y cielo griseado.

Poseía la llave de los sueños
dorada y deslumbrante colgaba de su cuello
la cual daba puertas a un mundo infinito
de pensamientos bizarros como bellos.

Este mundo era de todas las almas
corrían los miedos y los deseos,
los difuntos escapaban por un agujero
a visitar a sus seres queridos.

Era un silencioso Armagedón
era la tierra de los increíbles
sin un final pero con un comienzo,
astral, onírico, fantástico.

El rey Tartufo llevaba escribiendo dos mil años
un día estaba tan cansado y repentinamente
logro oír ronquidos placenteros
como el sueño potente de un gigante.

Este decidió perseguir el amable ronquido,
quería robarlo para poder emanar en él
un profundo sueño que nunca había tenido,
se montó en su unicornio y galopeo su viaje.

Las puertas del castillo se abrieron rugiendo
los guardias medievales en vigilia,
las ovejas andaban persiguiendo
al rey para si el sueño conseguía.



                                                                             ll


El bosque rosado estaba lleno de gnomos,
hombres lobos aullaban por los montes
búhos cantaban con la luna en sus ojos
al son de un fauno.

El rey con prisa montaba como cual jinete
queriendo rescatar a una hermosa princesa
¡Ah, pero este quería rescatarse así mismo!
haciendo casualmente daño a un humano.

Brinco de la estrella a una nube
después a otra y otra
oía cada vez más cerca el ronquido
y las ovejas dejaron de seguirlo.

Hecho un vistazo
al palacio donde la princesa roncaba
profundamente recostada sobre el brazo
de un príncipe con su espada.

Al rey no le importo, despego con su unicornio
sobre el balcón del dormitorio de los novios
las cortinas bailaban al aliento del viento,
Tartufo sonreía con lo que estaba viendo.

Sigilosamente se acerca a la princesa como un gato,
el vacío de su aroma, el terciopelo de sus cabellos
empezó a desbotonarse , tiro sus zapatos
y hechizo a los novios con un profundo sueño.

Empezó entonces a besar el cuello de la princesa
a morderle los labios con sus colmillos
y acariciarla con sus garras.

Silueteaba su lengua por sus senos,
la princesa como bella durmiente
no la despertaba ni los truenos,
andaba inconsciente.

El rey comenzó a penentrarla
el mal se apodero de él vorazmente
y mientras se bañaba del placer efímero
el sol amenazaba con salir.



                                                                             lll


Se vistió rápido quitando el hechizo
llevándose consigo el sueño de la princesa,
monto su unicornio volando a la cima
¡completamente feliz, carcajeando!

La princesa despertó tocándose
su cuerpo lastimado y rasguñado
despertó el príncipe preguntándose
qué es lo que había pasado.

Bajo la cama encontró un zapato
puntiagudo y de color morado
corrió al balcón a dar un fuerte grito
y al agachar la mirada encontró cierta llave.

Tartufo al llegar al castillo con una sonrisa
comiéndose entre los labios, tiro su mesa
y decidió echar una siesta como un mortal
pero cuando secaba el sudor no hallo la llave.

En su zozobra llorando
destrozo sus libros y pociones
rayo las paredes maldiciendo al mundo
así fueron sus primeras noches.

En el palacio la princesa Polonia
no dormía con el príncipe por vergüenza,
esta no durmió cuatro noche
lloraba diluvios en el balcón.

El príncipe Anastasio reforzó las ventanas
con gatos negros y guardias
pues el ya había oído el mito
del rey de los sueños, aunque dudaba aún.

Tartufo en la quinta noche
hizo un llamado a su escuadra
para que lo acompañen a tal palacio
y bajaron a la tierra a la luz del día.



                                                                         lV


El príncipe recibió el sollozo
de unos unicornios con alas
que se acercaban a su poderío
al mando de un rey con capa.

Tartufo aterrizo en el patio
y dijo delicadamente:

"Su majestad devuélvame encarecidamente
mi preciosa llave dorada por favor".

Anastasio desenvaino la espada
sorprendido y viéndolo directo
respondió:

"Abominable bestia inmunda devuelve el sueño a mi esposa"

Tartufo contesto:

"Querido príncipe, no creo que usted he de querer batallar conmigo"

Anastasio dio el grito de batalla
Tartufo monto su unicornio
y en medio de la pelea
entre las nubes huyo.

Los guardias del palacio
montaron unicornios junto
al príncipe y subieron
a la estrella.

Polonia, la princesa solo necesitaba
dormir para poder despertar las flores
de su alma que se habían marchitado
estando así apunto de abonar la muerte.

El príncipe no sabía dónde estaba
los guardias atemorizados
por ese canto demoniaco
que se oía en el bosque.

Escucharon un grito desgarrador
y alzando la mirada pudieron ver
un castillo.

Anastasio estaba con siete guardias
con seis, ahora cinco, ahora cuatro
pues los hombres fueron devorados
por lobos y centauros.

Sabia que no le abrirían la puerta del castillo
y decidió volar con el unicornio
solo así logro ingresar,
así como lo hicieron en su palacio.



                                                                         V


Tartufo sonrío y dijo:

"Vaya, vaya tú si tienes agallas"

Retándolo a un duelo de espadas
por la llave y por el sueño.

Si el príncipe perdía se iría
al penumbroso mundo de los sueños
donde las tinieblas son eternas
y la luz muy pocas veces se goza.

Si el rey perdía seguiría su calvario
escribiendo sueños y pesadillas
hasta que los dioses lo permitan
o hasta que el mismo lo decida.

Durando siete horas la pelea
donde ambos luchaban
con ira y a la vez con amor.

Anastasio pierde y en su ultimo aliento
le pidió al Tartufo que le devolviera
el sueño mientras que el moriría
y entregaría la llave.

Tartufo lo pensó tres veces
y en su compasión acepto
enviando al príncipe
con sus deseos y temores.

Los cuatro guardias sobrevivientes
volvieron al palacio con un frasco
el cual había una hada azul
la cual era el sueño de Polonia.

Martha, hermana de la princesa
destapo el frasco dejando escapar
al hada que dio un par de vueltas
entrando luego por la boca de Polonia.

Todo volviendo a la normalidad
se sigue comentando del mito,
de la princesa que todas la noches
sale al balcón a esperar a Anastasio.

Pues este la visita por sus sueños
siendo el único momento donde
la puede tener en sus brazos.

Mientras que Tartufo,
el rey de los sueños
sigue escribiendo para la humanidad.




 



Cascabeles


Me dijo que escribía para el
porque me había regalado ese don
y aunque no lo puede ver y el si a mí
danzamos al son de los cascabeles de la locura.


Un día le arranque la lengua con mis caninos
supe que llegaría el momento de traicionarlo
porque hasta los mejores amigos se pelean.

Pájaros de Salmos

Los pájaros ahuyentan la misericordia de mis salmos cantados al aire en nubes rojas y doradas
como la armadura de un demonio, los pájaros huyen de mí como el hombre huye de sí mismo,
yo ya huí y me di cuenta que tan lejos se puede llegar por eso he vuelto a ver os y decirles que
el fin está más cerca que el rostro intimidante del apocalipsis, que la mano del bendigo deseando oro, que tú mismo y tu muerte.

He vuelto y no quiero saber nada de la poesía
solo escribiré como mi única salvación,
solo me entregare a él como una mujer a los brazos de un hombre,
solo como si fuese la ultima moneda que guarde en mis pantalones,
solo por salvarlos como un mesías mediocre de mi fe a Dios por tanta inteligencia precoz.

He visto a los siete mares de moisés ardiendo en fuego
a un dragón que pontificaban de unicornio
a un anciano haciendo magia negra para su ganado
a un rebaño de esperpentos que susurraban poetas, dis que artistas
y en ese momento pensé cagarme en el arte y en todos sus prisioneros pero terminaría bañado
de mi propio excremento y es que también ando encadenado y sacando filo al destino para
rebanar mi pie y ser libre cojeando la culpa o escribirme un verso como mi nombre en la frente
y asesinarme para que el diablo sepa quién me mando y así Dios no castigué a nadie y sea
testigo que fui cómplice de mi muerte.



Bengala


Los besos de lentejuela son graciosas tortugas.

¡Por favor no coman de mi caparazón de algodón!

Las manos de servilleta
tientan limpiarse
el placer en ellas.

¡Por favor no interrumpan a las trompetas!

¡Confunden a las llaves!



                                                                         ll



Estoy aprendiendo a amarte.

Fresa nuclear.

Estoy aprendiendo a amarte.

Leona herbívora.

Estoy aprendiendo a amarte.


Y si conversaras con tu boca
darías al blanco
con el negro de tu sombra.


Te sabría a mil noches.


A carruajes con animales a bordo.

A espadas en silencio.

A cartas bronceadas.


¡Por favor dejen mear a la inspiración!


¡No la abracen demasiado!


Sus huesos están rotos
rotos están sus huesos.


                                                                              lll


Oigan al querubín.


Que está aprendiendo a amar.

Que estoy aprendiendo a amar.

Que estoy aprendiendo a amarte.


¡Cosan las alas nuevamente en mi espinazo!


Solo tome una pluma
para escribir esto.

La cantante

Tu risa de cantante ya me lo se.

No mires mis cejas que puedes perderte
en sus caminos y tú no sabes...
no sabes como volver.

Y si vuelves,
volverás titubeante como una cantante,
dicen que ellas saben fumar mejor
que los actores.

Demuéstrame entonces
el peregrinaje de tu talento.

Cabalga en la hipocresía
como si fuese mi cadera.

Quiero ver como superas
la ópera y el acordeón.

Quiero oír tu gemir.

¡Cántame!

Que ni la guitarra
llora mejor que vos.

¡Adelante! ¡Canta!

Conviértete en esa nota
que nadie puede dibujar
ni con el lápiz
ni con la mente.

Teje la tela de araña
como tu abuela,
la viuda negra
la que no llora y ríe como tú.

El viejo y el mar

¿Cuando supiste que eran uno solo?

¿Cuando bebió de sus ovarios el viejo afelpado?

¿Cuando su rostro luciano encaro al esfinge?

¿Cuando la orca lloro la muerte de un Zeus inmortal?

¡Dime cuando!

¿Cuando grabaste las lágrimas del sol
sobre la espalda fosforescente del
océano ártico?

¿Cuanto envenenados hay por culpa de tu egoísmo?

¿Cuantas estrellas apagadas han caído la ultima vez?

¡Cuanto!

¿Cuanto debe de esperar el suspiro en un rincón
del archipiélago para ser recogido por un beso?

¿Cuanto mas tenemos que soportar la aguja
del triangulo que tras la puerta cose triste?


Dime cuando supiste que eran uno solo...


¿Cuando fusiono su lengua con la sal?


Dime cuando oh, mar...


¿Cuanto mas tengo que soportar este dolor
que se incrusta en el cartílago de mi ala?

¡Excusa tu comportar y mi cuestión,
mi vida y tu deber!

¡El barco que vive dentro de la botella!

¡La búsqueda en el licor!

Todo y esto que me ahorca con la soga
que no es mas que trenza de un vikingo.

Que no es mas que un paso corto.

Que no es mas ni menos.