domingo, 10 de septiembre de 2017

La cantante

Tu risa de cantante ya me lo se.

No mires mis cejas que puedes perderte
en sus caminos y tú no sabes...
no sabes como volver.

Y si vuelves,
volverás titubeante como una cantante,
dicen que ellas saben fumar mejor
que los actores.

Demuéstrame entonces
el peregrinaje de tu talento.

Cabalga en la hipocresía
como si fuese mi cadera.

Quiero ver como superas
la ópera y el acordeón.

Quiero oír tu gemir.

¡Cántame!

Que ni la guitarra
llora mejor que vos.

¡Adelante! ¡Canta!

Conviértete en esa nota
que nadie puede dibujar
ni con el lápiz
ni con la mente.

Teje la tela de araña
como tu abuela,
la viuda negra
la que no llora y ríe como tú.

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