domingo, 10 de septiembre de 2017

Tartufo


El rey Tartufo era el dueño de los sueños
era el pintor de las mentes y sus paisajes
siendo el causante de esos pequeños
cuentos que nos deletrean mensajes.

En su locura no podía dormir
observaba de su ventana a la humanidad
buscando el sueño de alguien para conseguir
roncar y liberarse de esa oscura ansiedad.

Era un escritor del más allá
reinaba en su castillo blanco y morado
en una estrella amarilla celestial
de tierra rosada y cielo griseado.

Poseía la llave de los sueños
dorada y deslumbrante colgaba de su cuello
la cual daba puertas a un mundo infinito
de pensamientos bizarros como bellos.

Este mundo era de todas las almas
corrían los miedos y los deseos,
los difuntos escapaban por un agujero
a visitar a sus seres queridos.

Era un silencioso Armagedón
era la tierra de los increíbles
sin un final pero con un comienzo,
astral, onírico, fantástico.

El rey Tartufo llevaba escribiendo dos mil años
un día estaba tan cansado y repentinamente
logro oír ronquidos placenteros
como el sueño potente de un gigante.

Este decidió perseguir el amable ronquido,
quería robarlo para poder emanar en él
un profundo sueño que nunca había tenido,
se montó en su unicornio y galopeo su viaje.

Las puertas del castillo se abrieron rugiendo
los guardias medievales en vigilia,
las ovejas andaban persiguiendo
al rey para si el sueño conseguía.



                                                                             ll


El bosque rosado estaba lleno de gnomos,
hombres lobos aullaban por los montes
búhos cantaban con la luna en sus ojos
al son de un fauno.

El rey con prisa montaba como cual jinete
queriendo rescatar a una hermosa princesa
¡Ah, pero este quería rescatarse así mismo!
haciendo casualmente daño a un humano.

Brinco de la estrella a una nube
después a otra y otra
oía cada vez más cerca el ronquido
y las ovejas dejaron de seguirlo.

Hecho un vistazo
al palacio donde la princesa roncaba
profundamente recostada sobre el brazo
de un príncipe con su espada.

Al rey no le importo, despego con su unicornio
sobre el balcón del dormitorio de los novios
las cortinas bailaban al aliento del viento,
Tartufo sonreía con lo que estaba viendo.

Sigilosamente se acerca a la princesa como un gato,
el vacío de su aroma, el terciopelo de sus cabellos
empezó a desbotonarse , tiro sus zapatos
y hechizo a los novios con un profundo sueño.

Empezó entonces a besar el cuello de la princesa
a morderle los labios con sus colmillos
y acariciarla con sus garras.

Silueteaba su lengua por sus senos,
la princesa como bella durmiente
no la despertaba ni los truenos,
andaba inconsciente.

El rey comenzó a penentrarla
el mal se apodero de él vorazmente
y mientras se bañaba del placer efímero
el sol amenazaba con salir.



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Se vistió rápido quitando el hechizo
llevándose consigo el sueño de la princesa,
monto su unicornio volando a la cima
¡completamente feliz, carcajeando!

La princesa despertó tocándose
su cuerpo lastimado y rasguñado
despertó el príncipe preguntándose
qué es lo que había pasado.

Bajo la cama encontró un zapato
puntiagudo y de color morado
corrió al balcón a dar un fuerte grito
y al agachar la mirada encontró cierta llave.

Tartufo al llegar al castillo con una sonrisa
comiéndose entre los labios, tiro su mesa
y decidió echar una siesta como un mortal
pero cuando secaba el sudor no hallo la llave.

En su zozobra llorando
destrozo sus libros y pociones
rayo las paredes maldiciendo al mundo
así fueron sus primeras noches.

En el palacio la princesa Polonia
no dormía con el príncipe por vergüenza,
esta no durmió cuatro noche
lloraba diluvios en el balcón.

El príncipe Anastasio reforzó las ventanas
con gatos negros y guardias
pues el ya había oído el mito
del rey de los sueños, aunque dudaba aún.

Tartufo en la quinta noche
hizo un llamado a su escuadra
para que lo acompañen a tal palacio
y bajaron a la tierra a la luz del día.



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El príncipe recibió el sollozo
de unos unicornios con alas
que se acercaban a su poderío
al mando de un rey con capa.

Tartufo aterrizo en el patio
y dijo delicadamente:

"Su majestad devuélvame encarecidamente
mi preciosa llave dorada por favor".

Anastasio desenvaino la espada
sorprendido y viéndolo directo
respondió:

"Abominable bestia inmunda devuelve el sueño a mi esposa"

Tartufo contesto:

"Querido príncipe, no creo que usted he de querer batallar conmigo"

Anastasio dio el grito de batalla
Tartufo monto su unicornio
y en medio de la pelea
entre las nubes huyo.

Los guardias del palacio
montaron unicornios junto
al príncipe y subieron
a la estrella.

Polonia, la princesa solo necesitaba
dormir para poder despertar las flores
de su alma que se habían marchitado
estando así apunto de abonar la muerte.

El príncipe no sabía dónde estaba
los guardias atemorizados
por ese canto demoniaco
que se oía en el bosque.

Escucharon un grito desgarrador
y alzando la mirada pudieron ver
un castillo.

Anastasio estaba con siete guardias
con seis, ahora cinco, ahora cuatro
pues los hombres fueron devorados
por lobos y centauros.

Sabia que no le abrirían la puerta del castillo
y decidió volar con el unicornio
solo así logro ingresar,
así como lo hicieron en su palacio.



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Tartufo sonrío y dijo:

"Vaya, vaya tú si tienes agallas"

Retándolo a un duelo de espadas
por la llave y por el sueño.

Si el príncipe perdía se iría
al penumbroso mundo de los sueños
donde las tinieblas son eternas
y la luz muy pocas veces se goza.

Si el rey perdía seguiría su calvario
escribiendo sueños y pesadillas
hasta que los dioses lo permitan
o hasta que el mismo lo decida.

Durando siete horas la pelea
donde ambos luchaban
con ira y a la vez con amor.

Anastasio pierde y en su ultimo aliento
le pidió al Tartufo que le devolviera
el sueño mientras que el moriría
y entregaría la llave.

Tartufo lo pensó tres veces
y en su compasión acepto
enviando al príncipe
con sus deseos y temores.

Los cuatro guardias sobrevivientes
volvieron al palacio con un frasco
el cual había una hada azul
la cual era el sueño de Polonia.

Martha, hermana de la princesa
destapo el frasco dejando escapar
al hada que dio un par de vueltas
entrando luego por la boca de Polonia.

Todo volviendo a la normalidad
se sigue comentando del mito,
de la princesa que todas la noches
sale al balcón a esperar a Anastasio.

Pues este la visita por sus sueños
siendo el único momento donde
la puede tener en sus brazos.

Mientras que Tartufo,
el rey de los sueños
sigue escribiendo para la humanidad.




 



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