domingo, 10 de septiembre de 2017
x
Con el pecho en punta de triángulo
evadiendo geometrías que buscan la multiplicación de sus partes.
Yo no buscaba eso.
A mí me andaba buscando la matemática
como una equis perdida
en las circunferencias de mis reglas,
en las simplificaciones emocionales
que resuelvo en la vida,
en la aritmética que plantea
el razonamiento a mis paralelas.
No me pudieron hallar.
No me podrán hallar.
Y si lo hicieran
tendrían que sumar minutos al reloj
porque restar mis pasos
es una operación difícil
y más aún si no han visto
el fruto de mi raíz cuadrada.
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