lunes, 27 de agosto de 2018

Galardones de Ira


Acostumbras medir la luna con el antebrazo en las fiestas incas
olvidando que te espera un domingo de ramos equilibrado
divino pan de azúcar a la espera del arrepentimiento plural
cuando acuerdas el sonido viejo que tu hombro aspira,
las tocadas mañaneras de rezos mortíferos
apreciando el paso de la vida cansada que diluvio breve
sin imaginar los nombres que perdieron las bocas
en la siembra del soliloquio a puestas del dios
que castiga con embriones de amores prematuros.

Cuando el niño de la cordillera asoma su desventaja
las canciones aburridas de la infancia se vuelven coloridas,
pelaje de camaleón dorado cuál moneda de halcón,
racimos de un recuerdo azota el plato vacío y el hambre muerde
la víspera de un abrazo se contrasta en el apagón del hogar
dejando inconclusa la sopa que se pensaba componer
con el remedio del cansancio de un año carcomido
por la pobreza que calzaba su política en la pesadumbre
acudiendo a su brujulear con vacías copas de ira.

Los cóndores están riéndose de la muerte,
de niños que cenan el cadáver de Goliat.

Los cóndores están riéndose de la muerte,
de un aldeano amaestrado por cuervos.

Los cóndores hoy tienen almuerzo.