martes, 10 de abril de 2018

Prodigio


Hermano si era cierto lo que las olas venían escribiendo en la arena.

Cantera de las señales prodigiosas,
quisiste que este ahí presente
para ver tus pasos en el ocaso del milagro.

Fui privilegiado como todos los demás que estuvimos en la vigilia.

La fé se escribe en llamas atrás del miedo.

El poder del subsuelo del fabricante de alas,
pastor de leones ciegos que guía entre las guitarras desnudas.

Los cuatro ramos en el trova de mi sentir mundano.

He visto a Jehová y no he muerto.






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