Yo no nací para disfrutar los placeres de la vida como cualquier humano.
Yo nací para aborrecerme y con la pluma.
Oh, Satán si tu regalaste el mercurio
a este mundo atroz que no es para el poeta,
ten piedad de mi que el opio me narcotizo
y ando escribiendo porque se me da la necesidad
como las ganas de asesinar un cuervo y beberme su sangre.
Yo no nací para amar ni regalar noches efímeras.
Yo nací para destruirme mientras construyo un camino para vosotros.
¡Humanos infelices!
Maldita sea mi raza mil veces y en el último día del planeta
los reyes y las naciones con más poder,
los cristianos y los ateos,
se acordaran de los poetas y sus pasajes para la humanidad.
Yo no nací para sembrar flores en un campo gris.
Yo nací flor que será separada de la escoria, así sea muerta.
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