martes, 14 de agosto de 2018

Madero


Hemos bendecido la quimera que festejaron
los adoquines con el llanto desgarrado
grabado en sus lomos de pasos pensantes
orientes de sabuesos desmuelados
que corren con besos en el hocico
colgados como cruces de madera,
dañan el pavimento y la selecta pausa,
el mensaje de saliva es mayor de avena
pues el día cosmético inauguró una risa
soltando galgas embrujadas de un agonizo

Han embriagado el embarazo del faquir,
el circo religioso de los perros sin cola
que resisten el trofeo que se les instala
con un mar de hombres gloriosos de caer parados
insultados hasta más no poder con el tridente,
el hambre de los Don Juan y sus Marías renacen
y la flor negra de un aplauso perdido
estalla de ángeles negros cuando se impune el perdón
de años alborotados en la conciencia de la dolencia.

Ver los pájaros sería presagio de una pesada fortuna.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario