viernes, 18 de mayo de 2018

Esqueleto

Vendra el quinto augurio a vendarnos el corazon herido
la espada que desoja la tregua de la malicia
que una primavera cabalgo en los jinetes de la tarde.

La tormenta embriago el cuerpo del viento
que azulado teñia el cielo gris de los poetas
que manoseaban la musa entre sus petalos.

El quejido desamparado de las quimeras
azotando el jardin de las flores marchitas
aguas de paso para palomas quebradas.

El sentido de la desolacion en un beso
que se encontro moribundo a ciegas perlas,
tiburon de flor, esencia maldita.

Los lazos que arman las moscas
el gemir de los arboles ancianos
el silencio de la montaña ciega.

Deberían caer los ojos del horizonte
a los tobillos de una esmeralda disecada
hambrienta de colores, hoja decaída.

El cadáver de un recuerdo se olvido por siempre
y los ríos lloran la tristeza de las nubes
y los peces saltando calman su sed.

Se convirtió en otro recuerdo aquel recuerdo... que fue.

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